lunes, 19 de marzo de 2007

Entreacto

Un día -hace unas semanas- tomé la decisión de registrar semanalmente en una bitácora en línea los logros que una buena alimenteación y un buen programa de ejercicios hicieran posible en un periodo de un año.

La intención ("bocetada") existía desde varios años antes (en un principio no suponía un soporte específico para el registro, sino sólo la ejecución), pero la sospecha de algunas de las dificultades (la disciplina, por ejemplo) que el proyecto implicaría me "ayudaban" a decidir dejarlo para después. Así, lo postergué y lo postergué y lo postergué...

Finalmente, me di a la tarea... pero un comentario de la única persona que supo de la intención inicial, me indujo a hacer un alto en el camino que recién había comenzado y a reflexionar sobre la pertinencia de llevar la obra hasta sus últimas consecuencias en el tiempo.

El resultado (siempre incompleto, siempre en proceso) es/será esta página virtual, cuyo título y dirección manifiestan -espero que desde el principio- mi convencimiento de que mi única posibilidad de existencia es la corporal.

Cuando se dice que se tiene cuerpo, se disocia a la materia del ser, es decir, se evidencia un pensamiento que supone que una cosa es el envase y otra el contenido... Un contenido no del todo determinado, por cierto, pero que implica una vida ajena a la del cuerpo que -se dice en ese marco- sólo sirve temporalmente para relacionarse con este mundo, pero del que se ha de prescindir una vez se esté capacitado (la mayoría de las veces vía muerte) para acceder a la vida espiritual(sic) en la que no se necesita materia para existir.

Pero cuando yo digo que soy cuerpo reafirmo mi convencimiento de que la vida es un fenómeno material, fenómeno en el que no puedo concebir que yo sea "algo" que necesita -por vía de mientras- un estuche para poder relacionarse con el escenario en el que ha de pasar una de las estaciones de su existencia. Incluso el llamado "Mundo de las Ideas" necesita suceder en un mundo de cuerpos que puedan "tener" esas ideas.

Llegados a este punto ya son varias las complicaciones que el lenguaje (o la falta de pericia en su utilización, seguramente) provoca. Conceptos como "alma", "espíritu", "existencia", "ser", "tener", "yo", "tú" y por supuesto "cuerpo", le llevan a uno a "terrenos" del pensamiento que pueden provocar más de un dolor de cabeza y en cuyo análsis se podría pasar la vida entera.

De hecho, este texto es en sí mismo una muestra de la dificultad que entraña abordar el tema Cuerpo. Vaya... el intento de articulación de un discurso congruente sobre el cuerpo nos pone casi a cada frase frente a la elección entre dos o más conjugaciones, dos o más verbos, adverbios, sustantivos, preposiciones y un largo etcétera, sin que quedemos plenamente satisfechos con el supuesto resultado final.

Así pues, llega a la palestra la pregunta que considero que hay que hacerse varias veces en la vida y que supone una discusión que a veces parece será eterna (o por lo menos tan longeva como el ser humano):

¿Tenemos cuerpos o somos cuerpos?

La pregunta es de un planteamiento simple, pero su respuesta puede provocar consideraciones muy complejas.

Cada quién sabrá (espero que así sea) por qué piensa lo que piensa al respecto... y como hasta el momento no se ha inventado un aparato que permita conocer plenamente los pensamientos de los demás sin su consentimiento (a veces ni con ese consentimiento se logra entender lo que piensan los demás), habrá que confiar en lo que cada quién declare de sus pensamientos.

Algun@s TIENEN cuerpo...

Yo SOY cuerpo.

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Aquí registraré a diario lo que coma, lo que beba, el ejercicio que haga y cuánto duerma.

Cada semana publicaré algunas imágenes y medidas (tomadas siempre en lunes inmediatamente después de levantarme de la cama, salvo que algún contratiempo se presentara) que harán posible la comparación de los resultados a través del tiempo.

Así, con un registro diario y una comparación semanal, pretendo hacer un primer "corte" justo dentro de un año, momento en el cual tendré que haber corregido (o estar a punto de completar la corrección total) algunos procesos de decadencia que el descuido, el sedentarismo, la displicencia y el tiempo que llevo vivo han provocado. Ya veremos lo que pasa luego de ese primer año.

No pretendo tener el peso, las medidas o la silueta que tenía a los 20 años, pero sí puedo lograr una condición sana, estética y congruente con mis 35 y medio años (y los que se vengan).

El registro diario lo titularé simplemente con la palabra "Día" y el número correspondiente. El recuento semanal lo encabezaré "A x semanas" (x corresponde al número de la semana). Cualquiera de los dos casos anteriores podrá incluir aclaraciones de diversa índole. Si bien mi vida comenzó hace más de 35 y medio años, este proyecto-proceso-registro inicia hoy, razón por la cual ambas cuentas comenzarán en el 1. De ahí que este texto tenga el título "Entreacto".

Habrá aquí quizá también otros textos que hagan referencia a las reflexiones ya citadas o quizá a otras desatadas por y durante el proceso; estarán encabezados con números romanos consecutivos que comenzarán en I.

Sumado a lo anterior, se podrá encontrar en esta página una invitación constante a la lectura de libros cuyo tema central sea -precisamente- el cuerpo, considerado desde distintas perspectivas y áreas del conocimiento.

Las primeras imágenes (ver más abajo) son borrosas por una referencia a la decadencia citada más arriba y están en blanco y negro por las virtudes de contraste que ello implica. Las imágenes posteriores tendrán mejor definición y podrán ser a color o en blanco y negro, ello dependerá de lo que mi perspectiva considere más conveniente o incluso mejor resultado estético como imagen.

Por supuesto, tengo nombre y -de ser necesario- en algún momento aparecerá en esta bitácora, pero por el momento ése es un dato innecesario.

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Por ahora sólo resta citar El Metabolismo alterado, de Héctor Falcón y Super Size Me, de Morgan Spurlock, así como la fotografía diaria que desde hace años se toma José Luis Cuevas como algunos antecedentes en los que conscientemente abreva este proyecto.

La Dieta, de Pancho López y el seguimiento al programa de ejercicios de Arturo Rivera (comentarista de deportes) comenzaron formalmente (o yo me enteré de ellos) una vez que mi propio proceso de reflexión y planeación había iniciado, de modo que aunque me hicieron dudarlo, finalmente decidí continuar mi propio trabajo en el convencimiento de que no porque otros respiren tengo que dejar de respirar yo (hace años leí que Nietzsche dijo alguna vez que el amor era como el sol, no porque alumbrara a otros tenía que alumbrarle menos a uno).

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Los antecedentes no sólo cuentan, sino que explican los presentes, de modo que aquí van algunos datos que considero pertinentes:

Tengo poco más de 35 y medio años. Como mucha gente, en la adolescencia e inicio de la juventud me la pasé de las canchas de basquet a las de voli o a las de fut bol. Praqutiqué artes marciales durante varios años. Hace ya mucho tiempoque la intermitencia es la principal característica del ejercicio que hago... En los últimos 8 o 9 años no he logrado hilvanar 6 meses continuos ejercitándome seriamente, aunque algo he hecho siempre por mantenerme en forma.

Soy fumador en receso (hace aproximadamente un año que no me fumo un cigarro, luego de alrededor de 20 de hacerlo progresivamente, con una ventana de 6 meses de abstinencia hace 3 o 4 años).

Un metabolismo envidiable me ha permitido poder ser un poco tragón (no comedor compulsivo) sin haberme convertido en un monumento a la obesidad. Soy aficionado (por cultura y paladar) al vino.

Me han realizado 2 intervenciones quirúrgicas por igual número de hernias inguinales (una de cada lado). Padecí distintos tipos de hepatitis a los 4 y a los 16 años , respectivamente. En distintos momentos ha vivido las fracturas del dedo pulgar izquierdo, el cúbito y el radio izquierdos y el tobillo izquierdo (de la cual me enteré ya adulto gracias a una radiografía en la que aparecieron sus rastros), una descalabrada, torceduras, esguinces, golpes, raspadas y todas esas cosas leves que suceden a veces sin significar mayor riesgo o molestia que algunas restricciones durante la recuperación.

Tengo un hongo en una uña del pie derecho y debo recuperar la salud dental que mis hábitos alimenticios, higiénicos y el tabaco fumado me han deteriorado. Respecto al hongo continuaré el tratamiento tópico correspondiente. En lo dental me acercaré a un profesional capacitado e inorporaré al recuento los avances parciales en ese ámbito.

Así, la primera etapa de este proyecto será una restauración

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Sin más...


Sexo: Masculino.

Edad: 35 años.

Estatura: 1.73 metros.

Peso: 69.5 kilogramos.

Cintura: 90 centímetros*.

Abdomen (a la altura del ombligo): 93.5 centímetros*.

Pecho: 97.5 centímetros*.

Nalga: 97 centímetros*.

Muslos: 53 centímetros*.

Pantorrillas: 36 centímetros*.

















*perímetro

1 comentario:

Anónimo dijo...

El planteamiento que haces sobre el cuerpo me parece sobrio, objetivo, y lo comparto. Además, tu proyecto es interesantísimo. Seré un atento lector de este blog. Un abrazo.